Cuando JAY-Z estaba empezando, grababa en diferentes estudios de Manhattan. Algunas canciones en la Hit Factory y otras sesiones en los Quad Studios. Pero saltar de un estudio a otro no era lo ideal. Significaba que no podía establecerse en un espacio y crear la atmósfera que deseaba.
Un día un amigo llegó con una propuesta. Si construía un estudio —un lugar para hacerlo todo, una verdadera base— ¿lo utilizaría JAY-Z?
Le encantó la idea. Y construir algo original estaba en consonancia con una misión en la que siempre había creído: crear oportunidades para él mismo y para la gente que le rodea. Encontraron un local en el segundo piso de la calle 26 Oeste, donde una vez grabó música Miles Davis, la leyenda del jazz. Las puertas de los Baseline Studios abrieron en el 2000.
Baseline era el club al que uno ansiaba ser invitado. JAY-Z y su equipo hacían los “Keep It Real Wednesdays” (Miércoles de realidades), en los que productores consumados y novatos acudían para tocar sus ritmos. Si su música era buena, usted podía recibir una invitación para entrar en el estudio principal y lanzarla en forma. Algunos ritmos llegaron incluso a los álbumes de JAY-Z. Si era mala, recibía una carcajada al salir del edificio y volvía al punto de partida, sin importar quién fuera.
Era ese tipo de vibración descarnada y honesta la que animaba a cada productor o artista que entraba por las puertas de Baseline a aportar lo mejor de sí.
El espacio se convirtió rápidamente en un hogar creativo no solo para JAY-Z, sino para todos los artistas de Roc-A-Fella, la discográfica que había fundado con dos amigos.
La música de algunos de los álbumes más emblemáticos de JAY-Z se grabó en Baseline, entre ellos The Dynasty: Roc La Familia, The Blueprint, y The Black Album.
Baseline fue un lugar especial donde JAY-Z le mostró a una generación de artistas cómo podía ser la creatividad cuando uno mismo estaba al mando.
Para JAY-Z, Baseline estableció el modelo para los años siguientes, no solo musicalmente, sino también en los negocios. Construya usted mismo. Rodéese de los suyos. Utilice ese hogar para crear arte bajo sus propios términos y cree el espacio para que otros hagan lo mismo.